LA NUEVA PLAZA DE TOROS

Imaginemos por un momento que se decide en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz que las mujeres de la ciudad ya no pueden ejercer su derecho al voto, o que los homosexuales no pueden contraer matrimonio como cualquier ciudadano. O incluso que se impone en la ciudad una jornada laboral de 50 horas semanales. ¿Es imaginable? Ciertamente serían decisiones que nos harían retroceder. Una democracia tiene que ser garantía de las conquistas sociales siempre. Los animales no deben de ser menos en la consecución de sus derechos. En el parlamento español se debate la aprobación del proyecto Gran Simio, que otorgaría derechos a todos los primates. La ciudad de Barcelona se proclamó "ciudad antitaurina" y ahora se va a solicitar la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Por el contrario, en la ciudad de Vitoria-Gasteiz se pretende dar un paso atrás, y continuar con esa barbarie impropia de seres civilizados como son las corridas de toros, con la construcción de una nueva plaza de torturas. Ni siquiera es tiempo del debate sobre la crueldad de la fiesta. Es un debate perdido por quienes la defienden. Quien defiende ese espectáculo defiende la tortura con el agravante del disfrute de la misma. Vitoria-Gasteiz ha perdido una ocasión para presentarse como ciudad solidaria para todos. Yo no tengo ninguna duda sobre la desaparición de las corridas de toros. No puedo vaticinar la fecha. Pero llegará un día en que la sociedad nos vea como bárbaros al permitir espectáculos tan degradantes.
Nacho Cárdenas